Santo Domingo.- La noche del jueves marcó un momento de profunda tristeza y consternación para la República Dominicana con el lamentable fallecimiento del destacado dirigente político Franklin Almeyda Rancier. Reconocido como un pilar fundamental en la política del país caribeño, Almeyda Rancier dejó un legado imborrable tanto en el ámbito político como académico.

La noticia de su partida fue confirmada por la dirigente de la Fuerza del Pueblo (FP), Adonaida Medina, quien a través de su cuenta de X (anterior Twitter) anunció el deceso sin revelar hasta el momento la causa exacta del mismo ni detalles sobre las honras fúnebres.

Franklin Almeyda Rancier, quien fuera exministro de Interior y Policía de la República Dominicana y miembro destacado del partido Fuerza del Pueblo (FP), ocupó diversos cargos de relevancia a lo largo de su carrera política. Su trayectoria política comenzó a destacarse desde agosto de 2004, cuando asumió el cargo de Secretario de Interior y Policía. No obstante, su influencia trascendió fronteras partidarias, ya que también fue un dirigente relevante en el Partido de la Liberación Dominicana (PLD).

Además de su destacada carrera política, Almeyda Rancier era reconocido como un destacado abogado y profesor de Historia en la prestigiosa Universidad Autónoma de Santo Domingo (UASD). Su vínculo con la academia no se limitaba únicamente a la enseñanza, sino que también ocupó el cargo de rector de dicha institución educativa desde 1987 hasta 1990, dejando una huella indeleble en la comunidad universitaria.

Dentro de las filas del PLD, Almeyda Rancier desempeñó diversas funciones de importancia, incluyendo la de secretario de prensa y propaganda, así como la de comisionado para la Reforma de la Justicia en 1996. Su dedicación y compromiso con su país se reflejaron también en su candidatura como senador en el año 1998, demostrando así su incansable vocación de servicio público.

La partida de Franklin Almeyda Rancier deja un vacío irremplazable en la política dominicana. Su legado perdurará en el recuerdo de quienes lo conocieron como un líder visionario, comprometido con el bienestar de su país y con una incansable lucha por la justicia y la equidad social. Su influencia trasciende más allá de las fronteras políticas, siendo recordado también por su contribución al ámbito académico y por su legado como abogado y profesor universitario.

El fallecimiento de Almeyda Rancier ha generado un profundo lamento y pesar en la sociedad dominicana, así como en la comunidad política y académica tanto dentro como fuera de la República Dominicana. Sus ideales y su dedicación seguirán siendo un faro de inspiración para las generaciones futuras, quienes encontrarán en su ejemplo un referente de compromiso y servicio hacia su nación.

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